El concejo de Aller históricamente fue uno de los que contaban con mayor número de tejos, pero desgraciadamente la mayoría desaparecieron por los abusos y el desconocimiento de los vecinos, que los talaban para usar su madera para vigas de las cabañas, para cierres de fincas, y como material necesario para la realización de carboneras. Actualmente quedan pocos ejemplares, que generalmente se resguardan del hacha asesina (tal como canta Joan Manuel Serrat), en los riscos más inaccesibles, es gratificante verlos sobrevivir en tan difíciles condiciones.
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