Este tejo de La Millariega tiene una historia singular, corría el año 1.930 y el niño Giordano se encontraba solo en el domicilio familiar, fue entonces cuando un vendedor ocasional se presentó en la casa, con la intención de vender alguna de las plantas que llevaba en su medio de transporte, Giordano no tenía lógicamente dinero para poder comprarlas, pues solo contaba con 6 años de edad, pero recordó que tenía su hucha, y sin dudarlo fue a buscarla, y tras romperla tomó la gran decisión de comprar un pequeño plantón de tejo, afortunadamente hoy podemos disfrutar de un hermoso árbol.
He tenido el placer de hablar personalmente con Giordano y con su hijo, que me relataron la historia con gran suerte de detalles.
¡ GRACIAS GIORDANO !
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